Mientras Anon caminaba hacia la salida del Tribunal Real, fue repentinamente interrumpido por la voz de Égida.
—Maestro, La Chica —dijo Égida.
—¿Eh...? ¿De qué chica están hablando? —se preguntaba Sera, pues ella estaba ocultando adecuadamente su presencia y su aura estaba también en el nivel más mínimo posible. Entonces, no podían estar hablando de ella o eso creía.
—Sé sobre ella... No te preocupes —Anon habló mientras desaparecía de su ubicación y reaparecía justo frente a Sera.
—Hola, Luv —Anon habló con una sonrisa.
—Hola —Sera soltó un sonido chillón mientras quedaba en shock y sorpresa al mirar a Anon.
—¿C-Cómo hiciste- !?
—Te lo dije, Luv. Soy muy difícil de comprender... Así que, no presiones a ese Pequeño cerebro de pescado —Anon habló mientras agarraba suavemente el cuello de Sera.
—L-Lo siento... Señor. Yo no quería —Antes de que Sera pudiera terminar su frase, Anon la interrumpió.