En cuanto Sera besó a Anon, él aprovechó la oportunidad y exploró el interior de la boca de Sera con su lengua.
—Mnnh~ Chuu~ Mnnnhhh~ Chhuuu —los sonidos de besos que salían de su habitación eran intensos y tres soldados sirena estaban escuchando estos sonidos mientras se frotaban sus coños.
Después de besarse durante un buen minuto, Sera y Anon separaron sus labios.
—Vaya... Eso fue un beso intenso, ¿eh? —preguntó Anon con una sonrisa.
Sera inmediatamente miró hacia otro lado con una expresión tímida y la cara roja.
—L-Lo hice, para impedir que dijeras eso... E-Esa era mi intención —Sera habló en un tono vacilante.
—¿En serio? Entonces, ¿qué me dices de tocar mi pene... Mientras me besabas y transformabas tu cola en piernas humanas? ¿No es esa una señal de que una sirena está sexualmente excitada? —preguntó Anon con una sonrisa.