—Hmm...? Entonces, ¿me estás ofreciendo el mismo trato, eh? —preguntó Anón con una sonrisa mientras miraba a Neridia.
—S-Sí, pero solo puedes llevarte a las chicas que estén interesadas en ir contigo. N-No puedes llevártelas en contra de su voluntad y también puedes tenerme a mí —Neridia habló con una expresión vacilante.
—Hmm... Eso suena a una condición, Luv. Pensaré en tu oferta mañana, ¿vale? Esta noche, estaré disfrutando de mi chica sirena aquí —Anón habló mientras rodeaba con su mano la cintura de Sera.
—O-Okay... —Neridia habló mientras todas las sirenas y Sirenas regresaban al barco n.º 13.
—Señor, por favor, venga conmigo... Le mostraré su habitación —Sera habló.
—¿Por qué no, Luv? Vamos —Anón habló mientras soltaba a Sera y empezaba a seguirla desde atrás.
Mientras Anón nadaba detrás de ella, notó que la cola de Sera se movía y de repente una pregunta surgió en su cabeza.
—Oye, tengo una pregunta rápida para ti... —Anón habló.