Dentro de la Academia de Magia, un aula vacía...
Anon está tumbado en el regazo de Adeline, Remil le está masajeando las piernas y la pequeña niña sirena está sentada frente a él.
—Has cambiado tu apariencia a la de una chica humana, pero tu aura sigue siendo la misma. Tienen que trabajar en sus habilidades de impostores —Anon habló mientras miraba a la pequeña chica.
—Y-Y-Yo estoy muy... L-Lo siento, Señor. E-Este cambio de cuerpo me fue dado por un pergamino de magia... que la abuela de la Reina Lorelei me dio —la chica habló con voz temblorosa y asustada.
—¿Por qué hablas toda asustada? No te mataré, si hablas normalmente y dejas de disculparte conmigo sin razón —Anon habló.
—L-Lo siento, Señor —ella respondió.
'Creo que algún tornillo dentro de su mente está suelto—Anon pensó mientras miraba a la chica con una expresión extraña.
—Tú habla con ella... Yo escucharé —Anon ordenó a Adeline.
—Como digas, Querido —Adeline habló.
—Dime tu nombre —Adeline preguntó.