—No-no puedo ir así... No-no puedo dejar a mis ministros así... Suelta mi mano —gritó Neridia mientras se liberaba de la mano de Seafern.
—Señora Tidalia... No me voy a ninguna parte; me voy a quedar aquí —gritó Neridia mientras miraba a Tidalia.
Crack-Crack
De repente, dos copas más se rompieron, y más criaturas oscuras irrumpieron dentro de la Corte Real desde ambos lados.
—Azura... Utiliza todo lo que tengas. Todos, saquen sus mejores armas y habilidades de sus bolsillos... Tenemos un largo camino por recorrer —dijo Drakon mientras sacaba su varita y comenzaba a disparar balas de agua hacia las criaturas oscuras.
Cada ministro comenzó a luchar contra las criaturas oscuras, y los Guardias Reales se precipitaron al interior de la Corte Real con sus armas.
Tidalia se acercó a Neridia y tocó su cara con ambas manos.