—Está bien... Si tú lo dices —dijo Anon mientras se acercaba a la boca del dragón y la abría lentamente.
Luego tomó todas las bayas en sus manos y las apretó fuertemente.
El jugo que salió de las bayas cayó directamente dentro de la boca del dragón.
Pasó un minuto, pero no pasó nada...
—¿Qué está pasando? ¿Por qué no se está curando, Chico? —Anon preguntó con una expresión confusa.
—Mira, maestro... Está surtiendo efecto —dijo Chico señalando hacia la herida del dragón en su estómago.
Anon inmediatamente observó la herida y notó que realmente se estaba curando.
—Vaya... Esto de verdad funciona. ¿Me pregunto si debería abrir una empresa en el Reino del Dragón también? —Anon pensó con una sonrisa en su rostro.
—Ugh... ¿D-Dónde estoy? —De repente, el dragón comenzó a hablar de nuevo mientras abría los ojos y miraba el rostro de Anon.
—Definitivamente no estás en el Infierno, eso seguro, Luv —Anon habló mientras giraba al dragón para ayudarla a ponerse de pie.
Thud
