—¿C-Cómo sabes eso? —preguntó Fiona con una expresión de shock y confusión.
—Lo sé todo, luv —habló Anon mientras miraba a Fiona con una sonrisa.
—N-No... yo solo les ordené asustarla... nunca les dije que la violaran a ella o a su hija, no fue mi error, humano. Por favor intenta entenderlo... —intentó atrapar a Anon con su dulce charla pero Anon no era ningún tonto.
—Luv, respóndeme una cosa... Si las raíces de un árbol están huecas, ¿sobrevivirá el árbol? —preguntó Anon.
—¿Qué? N-No... No lo hará. Caerá —respondió Fiona.
—Bien... Entonces, ¿de quién es la culpa aquí? ¿Del árbol o de su raíz? —preguntó Anon mientras invocaba su cigarro y lo encendía.
—R-Raíces... —respondió Fiona.
—¿Quién dio las órdenes de ir al Reino Humano y asustar a la Reina? —preguntó Anon con una sonrisa.
—P-Pero-
—Cállate y contesta a la maldita pregunta, perra —gritó Anon.
—Yo lo hice... —respondió Fiona con un tono asustado.