Elena está acostada en su cama y está abrazando a un oso de peluche.
—¿Qué me está pasando, Sr. Bigotes? ¿Por qué me comporté así delante de ese humano? Y también sentí algo en mi lugar especial —Elena habló mientras le hablaba al oso de peluche.
—Anhhhhh~
De repente, un sonido resonó en sus oídos, un sonido de gemidos de mujer.
—Hmm...? ¿Qué fue ese ruido? —Elena preguntó mientras miraba a su alrededor en su habitación con expresión sospechosa, pero después de no escuchar ninguna voz, volvió a abrazar al oso de peluche.
—Anhhhh~
Súbitamente, otro sonido de gemidos llegó.
—Está bien... Esto no puede ser ilusión mía... Hay sonidos que vienen de algún lugar —Elena habló mientras se sentaba e intentaba escuchar de dónde venían los sonidos, pero tan pronto como comenzó a escuchar con total atención, no se escuchó ninguna voz.