—Anhhhhhhhhhhhhh~ FUCKKKKKKKKKK~ Sí, Sí, Sí... Estoy Viniéndomeeeeeeee~ —gritó Fe mientras levantaba ambas piernas al aire y se venía en todo el pecho de Anon. Le dieron vueltas los ojos y todo su cuerpo empezó a vibrar por el placer.
—Perra cubeta de semen... Se supone que debes guardar mi semen en tu coño. No te vengas en mi cuerpo, perra —Anon habló mientras comenzaba a empujar su pene en su coño sin piedad alguna.
*Azote-Azote-Azote-Azote*
—Fe, pregunta... ¿Quién tiene el pene más grande? ¿El mío o el de tu difunto esposo? —Anon preguntó mientras agarraba los pezones de Fe.
—N-No Anhhhhh~ N-No puedo responder eso, Maestro... —dijo Fe mientras cerraba los ojos.
—Tú... Perra cubeta de semen. Más vale que me respondas o sacaré mi pene de tu asqueroso coño. ¿Entiendes? —Anon habló mientras le daba una bofetada a las tetas de Fe y comenzaba a sacar su pene de su coño.
*Azote-Azote*