—¿Es esta la casa? —preguntó Anon con una expresión seria mientras arrojaba su cigarro a un lado y miraba fijamente la casa como un maníaco.
—S-Sí... —respondió Rel con tono asustado.
Inmediatamente se quitó su máscara natural y reveló su rostro humano original a todos los transeúntes.
—Miren... Es un Humano.
—Vaya... nunca vi a un Humano en el territorio de los elfos oscuros.
—¿Por qué está mirando la Mansión Douglas? ¿También está involucrado en el negocio de las drogas?
Los elfos que pasaban por allí comenzaron a hacer preguntas al notar a un humano en el círculo más interno del Territorio Elfo Oscuro.
—Deberían saber quién los mató... —dijo Anon mientras ignoraba a la multitud y empezaba a caminar hacia la entrada principal de la casa, cuando de repente notó a dos guardias femeninas paradas frente a la entrada.