Después de enviar a Link de vuelta al castillo disfrazado de Jule, Anon se sintió aliviado.
—Fuu... Ahora, puedo trabajar libremente sin preocuparme por el Evento de Intercambio Académico —dijo Anon mientras sacaba un cigarro de su inventario y lo encendía.
—Me alegro por ti, Maestro —respondió Mike.
—Oh, gracias, Mike. Por cierto, ¿le diste los trozos de Travertino Puro a Biyuk? —preguntó Anon.
—Sí, Maestro, le entregué todos los trozos de ese metal al Señor Biyuk —confirmó Mike.
—Entonces, ¿cuál fue su reacción? —preguntó Anon con una sonrisa.
—Bueno...
Hace dos horas, debajo de la casa de Anon en el reino Humano...
Toc-toc-Toc
Mike llamó a la puerta de la casa de Biyuk, pero no hubo respuesta.
Toc-toc-Toc
Mike llamó de nuevo.
—Ya voy... ¿Por qué alborotas tanto, a primera hora de la mañana- Oh, señor Mike. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarlo? —preguntó Biyuk al abrir la puerta.