—¿Cómo puedes hacer eso? ¿Cómo puedes modificarlo? —Kio no podía creer sus ojos; había investigado este tipo de hechizos durante los últimos cien años, pero nunca había sido capaz de modificar siquiera un solo círculo mágico.
Pero hoy, un chico... Lo hizo y sin siquiera mirarlo dos veces.
«Esto es imposible... ¿cómo puede conectar dos círculos de esa manera? Pero sus funciones funcionarán si se usan. Definitivamente está modificado y de una manera única... ¿Quién es exactamente este chico?», pensó Kio mientras giraba su cabeza hacia Anon.
—Señor Kio, ¿su respuesta es correcta o no? —preguntó Fiona con una expresión tensa.
—Es correcta, Mi Reina —respondió Kio.
—Lo sabía... —Fiona soltó la tensión al enterarse de esto.