—Bienvenida de nuevo, Mi Reina.
—Bienvenida de nuevo, Mi Reina —las criadas saludaron inmediatamente a Fiona, inclinándose ante ella.
—Entonces, ¿cuáles son tus planes para esta noche? —Fiona preguntó a Anon.
—Nada en particular. Ya que mi madre y mi hermana están aquí, no tengo planes. Supongo que me concentraré en entrenar mi cuerpo —Anon respondió con una expresión estoica.
—Hmm... ¿Qué joven más aburrido eres? No he visto a nadie como tú en los últimos 200 años. ¿No te gustan las chicas o quieres divertirte? Este es el palacio real, chico. Puedes desear cualquier cosa, y se hará realidad aquí, excepto el trono, jajaja —Fiona lo provocó.
—Voy a descansar un poco en mi habitación —dijo Anon mientras comenzaba a caminar hacia su habitación.
—Espera... —Fiona lo detuvo.
—¿Sí? —preguntó Anon, volviéndose hacia ella.
—Hoy voy a hacer una fiesta para celebrar tu victoria en el combate. Deberías venir, pero no te estoy obligando. Depende totalmente de ti —ofreció Fiona.