Dos días después, dentro del castillo...
Fiona se preparaba para el Intercambio Académico, sorbiendo té en su habitación.
—¿Dónde está él? —Fiona preguntó a la criada, tomando un delicado sorbo de su taza de té.
—No ha salido de su habitación en los últimos dos días, señora. No tenemos información sobre sus actividades dentro de esa habitación, pero a veces, hemos oído ruidos fuertes que emanan de ella —informó la criada.
—¿Qué tipo de ruidos? —Fiona preguntó, con expresión perpleja.
—Ruidos como si se pisara con fuerza sobre objetos metálicos pesados y el sonido de la madera al romperse. Solo hemos ido a entregarle comida a la habitación todas las mañanas, al mediodía y por la noche. Nunca permite que nadie entre —respondió la criada.
—Bueno, parece que es hora de averiguar qué ha estado haciendo estos últimos dos días —declaró Fiona, levantándose y dirigiéndose hacia la habitación de Anón.