Anon se sentó en el carruaje, sus ojos cubiertos con un paño negro mágico que bloqueaba su vista. Una soldado elfo mujer que había atado las manos de Anon se sentó frente a él, mirándolo continuamente.
De repente, la soldado elfo levantó la mano y empezó a moverla frente a Anon. Al ver que Anon no tenía reacción alguna, dejó de mover la mano.
—¿Quieres que te devuelva el saludo? —Anon preguntó con una sonrisa.
—Esto es imposible. ¿Cómo puedes siquiera verme? Ese paño de Miram debería bloquear toda tu visión. Incluso si tienes una habilidad que te permite ver a través de objetos, ¿cómo puedes ver a través de ese paño? —la chica preguntó con una expresión confundida.
—No puedo. Solo estoy sintiendo el calor que emite tu cuerpo —Anon respondió.
—¿Qué? ¿Cómo estás haciendo eso? —la chica elfo preguntó con una expresión curiosa y confusa.