—Entonces, ¿cuál es el siguiente ejercicio? —preguntó Anon.
—Tómalo —respondió Ion, señalando hacia una pequeña pesa.
—¿Esta pequeñita? —cuestionó Anon.
—Sí, esa —afirmó Ion.
—Está bien —accedió Anon mientras levantaba fácilmente la pesa, que pesaba alrededor de 10 kg.
—Bien. Ahora, toma otra del mismo peso y comienza este ejercicio —instruyó Ion, demostrando cómo hacer curls de bíceps.
—¿Solo esto? —preguntó Anon, pareciendo confundido.
—Sí, solo eso —respondió Ion.
—Vale, pero ¿cuántas? —inquirió Anon.
—Eh... 100.000 sin descansos —respondió Ion.
Golpe
Golpe
De repente, ambas pesas se escaparon de las manos de Anon y una expresión de shock cruzó su rostro.
—¿Qué pasó? —preguntó Ion, luciendo perplejo.
—¿C-cien mil? —balbuceó Anon.
—Sí, ¿hay algún problema? —cuestionó Ion.
—Es que son demasiadas— —Anon comenzó a protestar.
—Ahora, 200.000 —ordenó Ion.
—¿Qué?
—300.000.
—Vale, lo haré —respondió Anon mientras recogía las pesas y reanudaba los curls de bíceps.