Anon, Ion y Gin se aventuraron en las profundidades del Bosque de Evensong.
Habían estado caminando durante las últimas cinco horas, y el sol descendía gradualmente, marcando la aproximación de la tarde. Una vez que cayera la noche, los monstruos ocultos del bosque emergerían para sus cacerías nocturnas.
—¿Exactamente a dónde nos dirigimos? —preguntó Anon a Ion.
—Pronto lo descubrirás; no te preocupes —respondió Ion con calma.
—Solo pregunto porque el sol se pondrá en aproximadamente una hora. Deberíamos acampar en algún lugar seguro y continuar nuestro viaje mañana —sugirió Anon.
—Permíteme preguntarte algo, humano. Si tu destino estuviera justo frente a ti, ¿irías por él, o acamparías frente a él para reclamarlo con facilidad y seguridad mañana? —contrapreguntó Ion.
—¿Nuestro destino está aquí? —indagó Anon con una sonrisa.
—Solo un poco más allá —respondió Ion mientras reanudaba la marcha.
«Que te jodan, Viejo» pensó Anon mientras le mostraba el dedo medio por detrás.
