—Pero es imposible salvarlo —respondió Anon.
«Estaba pensando en separarlos y romper su vínculo, pero supongo que solo se hizo más fuerte», pensó Anon mientras miraba a Melanie rogándole y tocando sus pies.
—Por favor, Jule. Por favor, ayuda a mi hijo. Estoy lista para pagar cualquier cantidad... Trabajaré de día y de noche. Haré... —Melanie empezó a hablar mientras trataba de mostrarle a Anon que está dispuesta a pagar cualquier precio para salvar a su amado hijo adicto a las drogas.
«Hmm... Espera.» De repente, una sonrisa malvada apareció en el rostro de Anon mientras miraba a Melanie.
—¿Estás segura? ¿Harías cualquier cosa para salvar a tu hijo, verdad? —preguntó Anon.
Melanie lo miró con una expresión sorprendida.
—S-Sí... Haré cualquier cosa. Trabajaré
—Sí, ya sé. Trabajarás de día y de noche. Deja de decir eso. Puedo salvar a tu hijo —habló Anon.