Mientras Melanie chupaba su pulgar, Anon pensaba algo en su mente...
—Espera, ¿por qué haría entonces lo de la manzana? Podría haber hecho esto desde el principio y mi sangre seguiría dentro de ella. Mierda, soy un idiota pero no estaba confirmado cómo reaccionaría a este corte, así que supongo que hice lo correcto en ese entonces —Anon pensó mientras miraba a Melanie.
—¿Ya estás mejor, Cariño? ¿Todavía duele? —Melanie preguntó mientras le quitaba el pulgar de su boca y observaba que la sangre ya había dejado de salir de su herida.
—Ah, sí. Gracias, Tía —Anon respondió mientras le sonreía.
—No seas tonto... Ay —Melanie estaba a punto de levantar la mano pero antes de que pudiera, su hombro comenzó a dolerle.
—¿Qué ha pasado? —Anon preguntó.
—N-Nada... solo dolores de la vejez. Ya estoy vieja sabes, de anciana, si recuerdo bien tu madre acaba de cumplir 157, ¿verdad? —Melanie intentó cambiar inmediatamente de tema.