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Habitación del Jefe de la Aldea...
—¿Perdón? ¿Puedes repetir lo que acabas de decir? —le preguntó Ian a Jacky con una expresión muy enojada.
—Ian, mi amigo, escucha, esto no es un mal trato. Devolveré hasta el último centavo de tu préstamo, y todo lo que tienes que hacer es decirle a tu hijo que salve a todos los padres y niños dentro de ese bosque, o al menos a tantos como pueda salvar. Por favor, Ian, perderé mi posición si los dejo morir... No puedo permitirlo. Si perdiera mi puesto, alguien más tomaría mi lugar, y no sabes qué bastardo lo tomaría, ¿verdad? Podría ser incluso peor que yo. Así que por favor ayúdame. Tu hijo es el contendiente más poderoso en ese bosque; lo vi con mis propios ojos. Tu hijo despedazó a más de 50 sabuesos infernales en menos de una hora. Por favor
—Espera, espera, espera... ¿Él hizo qué? —preguntó Ian, interrumpiendo a Jacky.
—¿Él mató a 50 sabuesos infernales? —Jacky habló.
—¿Estás seguro? Estamos hablando de Jule, ¿verdad? —Ian preguntó.
