—Mira aquí, chico. Yo también tengo uno de estos medallones de trol de lujo, y tengo que decir, esto funciona bastante bien —comentó el asesino, sacando el medallón y mostrándoselo a Anon.
El medallón trol se parecía exactamente al que poseía Anon.
—Bueno, hora de correr —declaró Anon, empezando a darse la vuelta, pero antes de que pudiera escapar, el asesino se materializó frente a él.
—Nadie me escapa, chico —advirtió el asesino, blandiendo un cuchillo y colocándolo contra el cuello de Anon.
—Soy el mejor asesino entre los elfos, soy el más fuerte, soy el más afilado y soy el más rápido —Clint habló mientras miraba a Anon con una sonrisa y comenzó a hablar de lo bueno que era como asesino.
—Sí, claro —murmuró Anon, sintiéndose indefenso mientras miraba el cuchillo.
De repente, una idea se le ocurrió a su mente.
—Gin, Muérdelo, chico. Quiero que lo distraigas por un segundo —Anon le ordenó a Gin.
Woooooof