—Can Cerbero, ¿eh? Veamos qué tipo de instintos tienes, hijo de puta —dijo Anon mientras lanzaba una piedra hacia el can cerbero.
Grrrrr
El can cerbero inmediatamente notó la presencia de Anon y comenzó a correr hacia él con una velocidad increíble.
—Ven... Perra. Deja que vea esos hermosos colmillos —dijo Anon mientras comenzaba a correr en la dirección opuesta.
El can cerbero lo perseguía a toda velocidad, la saliva goteando de su gran mandíbula.
Tenía hambre... Estaba enojado.
De repente, Anon se detuvo en una posición determinada y miró al can cerbero.
—Se acabó el juego —dijo con una sonrisa en su cara.
Rawwwrr
El can cerbero rugió y comenzó a correr hacia Anon a toda velocidad.
—Mantén baja la potencia. Quiero daño corporal mínimo —ordenó Anon.
[La salida de maná se ha reducido al mínimo]
De repente, un jabalina cubierta de luces azules y doradas chisporroteó por el aire y atravesó la cara del can cerbero, matándolo en segundos.
Thud