Anon y Jess están solos en una habitación vacía, uno frente al otro.
—Habla —dijo Anon.
—Sí, lo siento por hoy. Crucé la línea. Mi personalidad caprichosa se apoderó de mí, a veces olvido que ya no soy una reina. Por favor, perdóname por haberte contestado, maestro —dijo Jessica mientras se arrodillaba.
—Bien, ya te diste cuenta de eso. Te perdono —Anon dijo mientras comenzaba a caminar hacia la salida de la habitación.
—Ummm...
—Hmm...? ¿Qué? —Anon preguntó volteándose.
—No la harás reina, ¿verdad? —ella preguntó con voz muy baja.
—Eres una pequeña rata egoísta. Me gusta eso —Anon dijo mientras sonreía a Jess y salía de la habitación.
Después salió de la casa y comenzó a dirigirse hacia la casa de Jule.
«Qué noche tan estúpida. No dormí nada y tengo que ir a esa tonta academia mañana... pero ahora tengo un objetivo para ir a esa academia. Encontrar a la Hija de Fe y corromperla... Jejeje...» Anon pensó mientras sonreía.
A la mañana siguiente...