La tarde llegó, Ian y Moon regresaron de sus trabajos...
Todos están cenando en la mesa del comedor, pero un miembro de la familia se siente un poco incómodo.
Hillary no dejaba de mirar a Anon, quien está sentado frente a ella disfrazado de su hijo Jule.
—Hillary, ¿qué pasa amor? ¿Hay algo que te molesta? —preguntó Ian.
—Hmm...? Oh no, no es nada, cariño —Hillary respondió con una sonrisa falsa.
—Sí mamá, te ves algo incómoda ¿te molesta algo...? Solo dímelo, después de todo soy tu hijo —Anon dijo mientras la miraba con los ojos del diablo.
«Si tan solo pudiera decirle a mi marido, quién eres. Te mataría al instante» Hillary pensó mientras miraba a Anon con expresión de enojo.
«No, él no puede hacer una mierda, también querrá vivo a su hijo... ¿no es así? ¿De qué sirve esforzarse por algo que acabará matando a tu hijo y probablemente a toda tu familia?» La voz de Anon resonó en el cerebro de Hillary.
«¿Qué? ¿Estoy alucinando? Él ni siquiera está moviendo los labios, ¿cómo-»