—El carruaje se detuvo frente a la academia y ambos descendieron del carruaje.
Primero, Anon se bajó, y luego lo hizo Eve.
Anon tomó la mano de Eve y la ayudó a bajar del carruaje, como a una princesa.
—Oi, mira... el nuevo juguetito de Eve.
—Este parece bastante guapo.
—Como sea... La dejará como todos los demás. El dinero no lo es todo, esa perra simplemente no lo entiende.
—Qué puta dama tan jodida.
Todas las chicas presentes en la puerta de la academia comenzaron a comentar sobre Eve.
—Bueno, parece que no te respetan mucho, ¿eh? —le preguntó Anon en tono bajo.
—Eh... Estas zorras me dan igual. Te tengo a ti, y eso es todo lo que importa —dijo Eve mientras ambos entraban a la academia.
Después, los dos se fueron a sus clases.
Como de costumbre, Anon estaba durmiendo en la clase de Richard, y nadie le prestaba atención porque estaba sentado en el último banco, solo.