Anón se despertó de su cama y miró a su alrededor.
Aunque no había nadie más en la habitación, había muchas marcas de sangre en las paredes y marcas de arañazos en el suelo.
—Hah... Eso sí que fue una buena noche de sueño —dijo Anón levantándose de la cama y bostezando.
Anoche, les golpeó a los tres hasta que se desmayaron por el dolor. Luego los despertó de nuevo y comenzó a golpearlos una vez más.
Este proceso continuó hasta que no pudieron ni hablar. Después de esto, Anón los llevó de vuelta a sus dormitorios y regresó.
Anón se levantó de la cama... Se dirigió hacia la ducha del dormitorio.
Un dormitorio tenía una ducha comunitaria donde muchos elfos tomaban baños juntos.
Anón sacó la ropa de la academia de su inventario. Mientras caminaba hacia la ducha, vio a una gran multitud de elfos varones formados en fila para entrar al baño en orden.
—Vaya, sí que son organizados, ¿eh? —dijo Anón mientras comenzaba a caminar hacia el baño sin hacer fila.
