Casa de Anon...
—Maestro... Maestro... La casa está lista —el eco del No.300 resonó en los oídos de Anon.
—Hmm...? —Anon se levantó del trasero de Freya y miró directamente al sol.
El sol brilla rojo y está bajando en el horizonte.
—Es de tarde, ¿eh? —dijo Anon mientras empezaba a avanzar y notó que algo estaba en sus piernas, bloqueando el camino.
Anon miró hacia abajo y descubrió que el elemento que obstruía no era otro que Gia y Kia.
Ambas están tumbadas en el suelo, desnudas. Sus traseros están levantados en el aire y el semen fluye fuera de sus coños crudos sin parar.
Sus caras tienen una expresión de ahegao y sus ojos se van hacia la parte posterior de sus cabezas.
Sus coños todavía están temblando por todos los orgasmos que acaban de tener.
—Bueno, esta si que ha sido una siesta infernal —dijo Anon mientras les daba una palmada a ambas en las nalgas y se movía hacia adelante.
*Slap-Slap*
