Casa de Brujas.
En la sala más profunda... Se estaba llevando a cabo una ceremonia.
Marinda se encontraba frente a un altar de sacrificios bajo el cual se dibujaba un círculo mágico con sangre. En cada punto, se colocaban cráneos de humanos y monstruos.
Detrás de Marinda había siete hombres, cubiertos de sangre de monstruo y lloriqueando. Cada uno sostenía un cráneo humano.
—Por favor... Déjenme ir. No volveré a robar. Lo hice por mis hijos. Nos estamos muriendo de hambre —lloraba un hombre.
—Oye, tú zorra noble. ¡Libérame! Te denunciaré al rey. ¡Déjame ir! —gritó otro hombre.
—Uf, ojalá pudiera matarlos ahora mismo —comentó una chica de unos 19 años con cabello rojo, ojos morados y una figura prominente, su expresión llena de desdén.
—Eventualmente los mataremos, no te preocupes —dijo Marinda, de pie junto a ella.
—Así que yo soy la líder de la casa de brujas, ¿eh? Felishia Grey, líder de las brujas —reflexionó la chica.