—Oi, despierta. ¿Me oyes? —dijo Anon mientras le daba palmaditas en la cara a Lilith con su mano.
—Lilith, despiértate.
—Hmm...? ¿Dónde estoy? —preguntó ella, abriendo los ojos ligeramente.
—No en el infierno —dijo Anon.
—¡T-Tú! —dijo ella, con los ojos muy abiertos después de ver la cara de Anon.
—Vaya, no parece que estés muy feliz de verme, ¿eh? —preguntó Anon.
—¿Por qué harías eso? ¿Por qué de repente me agarraste y saltaste por la ventana? —preguntó ella mientras se levantaba.
—Por eso —dijo Anon, señalando hacia la posada.
Cuando Lilith miró la posada, la vio ardiendo hasta los cimientos.
—No, Maverick... —gritó mientras empezaba a correr hacia la posada.
—Él está aquí —dijo Anon, tomando su mano y señalando hacia Maverick inconsciente.
—Oh, gracias a los demonios. Estás bien —dijo ella mientras tocaba a Maverick.
—Ahora, muéstramelo —dijo Anon.