—Solo iré a buscar mi ropa —declaró Lilith, moviéndose hacia un armario cercano y sacando algo de ropa. Sin embargo, mientras recogía sus prendas, activó discretamente una palanca oculta detrás de ellas.
La palanca desencadenó una reacción en cadena que se repercutió a lo largo de la planta baja de la posada.
Al completarse la reacción, una botella de vino cayó de un estante detrás del barman.
El barman era un temible hombre bestia con pelaje negro, una fisonomía musculosa e imponentes bíceps. Un parche cubría su ojo derecho, revelando la marca de una cicatriz debajo de él.
Al percatarse de la botella caída, el barman se dirigió rápidamente hacia una puerta situada detrás de la barra.
Toc-toc
—Chicos, tenemos un problema en la última habitación —anunció, golpeando dos veces la puerta.
Dentro de la habitación de Lilith...