—¿Puedo irme a casa? ¿De verdad? —preguntó Seda mientras enfundaba su espada.
—Sí, puedes, pero no sin un pacto —dijo Anon mientras convocaba un pacto de maná.
[Indique sus términos], preguntó el cristal del pacto.
—No le haré daño si no revela mi secreto a nadie —declaró Anon.
[¿Estás de acuerdo con los términos?]
El cristal del pacto le preguntó a Seda.
—No.
[¿Tienes alguna condición alternativa?]
—Sí, quiero que él incluya también a mi familia —dijo Seda.
[¿Estás de acuerdo?]
El cristal preguntó a Anon.
—Estoy de acuerdo, pero si ella me ataca primero o encuentro algún pensamiento malicioso sobre mí en su mente, la mataré al instante —dijo Anon con una sonrisa.
—Estoy de acuerdo —respondió Seda inmediatamente.
[El pacto ha sido sellado. Si alguno de ustedes lo rompe, se le dará un castigo.]
[Defina el castigo; solo aquel con más poder puede elegir el castigo.]
—Muerte —dijo Anon sin pensarlo dos veces.