—Entonces, ¿por qué no me muestras cómo funciona este asunto de clonación? —ordenó Anón.
—Sí —dijo la señora encargada, ya que no tenía otra opción más que escuchar lo que Anón decía.
Se levantó de su asiento y caminó hacia uno de los contenedores metálicos que tenía trozos de humanos dentro.
—Joder... esto huele mal —dijo mientras levantaba el contenedor metálico y lo llevaba al círculo mágico que estaba en medio de la habitación.
*Chk*
Al poner el contenedor en el círculo mágico lo pateó con sus piernas y de repente muchas partes troceadas de un cuerpo humano salieron del contenedor.
Intestinos, piernas, manos, pulmones desgarrados, un corazón podrido y una cabeza de hombre, su rostro estaba arañado con alguna cuchilla.
Después de vaciar las partes en el círculo mágico, apartó el contenedor metálico.
Un olor muy desagradable cubrió toda la habitación. Este olor era incluso más repugnante que los cadáveres en la sala roja porque estaban congelados.
