La batalla arreciaba, el enfrentamiento entre los valientes soldados y la implacable horda de zombis se intensificaba a cada momento. La voz de comando de Arturo resonaba entre el caos mientras arengaba a sus tropas.
—¡Soldados, al ataque! —su voz retumbaba por el campo de batalla, resuelta e inquebrantable.
Con espadas firmemente asidas en sus manos, los guerreros se lanzaron adelante, una ola de determinación resuelta estrellándose contra el mar de no muertos frente a ellos. Los magos en las líneas posteriores desencadenaron sus poderosos hechizos, energías arcanas colisionando con el avance implacable de los zombis.