—Ahora, ¿por qué no me iluminas, Evangeline, sobre el enfoque correcto? —La voz de Anon llevaba un aire de autoridad, su mirada penetrante fija en Evangeline.
Evangeline sostuvo su intensa mirada con una mezcla de odio y resignación. Ella sabía en el fondo que no había otra alternativa que revelar las complejidades de la dinámica de poder de su mundo.
—Como Valeria ha mencionado antes, un reino nunca funciona únicamente a partir de las órdenes del rey, sino sobre la base de las finanzas —comenzó Evangeline, su voz firme a pesar del peso de sus palabras—. Nuestro reino obtiene recursos de otros mediante el comercio, facilitado por mercaderes que viajan entre reinos.
Anon asintió, absorbiendo sus palabras mientras escuchaba atentamente.