Anon entró en el salón principal y fue recibido inmediatamente por la número 300 quien está parada completamente desnuda frente a él.
—Su Majestad, le damos la bienvenida. Por favor, pase.
—Eso es lo que haré, cariño. Me correré adentro —Anon habló con una sonrisa malvada en su rostro mientras comenzaba a manosear los pechos de la número 300 inmediatamente.
—Anhhh~ Su Majestad~ —ella gimió de placer mientras lo disfrutaba en su corazón.
«Anhh... El Maestro se puso en marcha inmediatamente. Se ve tan genial. Espera!! Este olor, ¿la número 6969? ¿Maestro ya se la folló?» La número 300 lo pensó en su mente.
—Sí, ya me follé a la número 6969 y ahora llévame a las entradas de hoy... —Anon habló mientras miraba a la número 300.
«¿Eh...? ¿Dije eso en voz alta? Estoy bastante segura de que solo lo estaba pensando» —dijo de nuevo la número 300.
—¿Eh? ¿En qué estás pensando? ¿Dónde están las entradas? —Anon preguntó de nuevo.