—De repente, la número 6969 volvió en sí y recordó todo lo que acababa de suceder.
—Sintió la punta de Anon en los labios de su coño que ella mantenía abiertos para que él entrara.
«Oh Dios mío, el Maestro va a insertar su pene en mi vagina. Su pene se siente tan grueso, ¿podré soportarlo?» pensó la número 6969 en su mente.
—Anon escuchó sus pensamientos e inmediatamente empujó su pene dentro de su coño.
—«ANNHHHH~ SU MAJESTAD ES TAN GRAAAANDE~» gritó ella de placer al sentir el placer máximo del pene de Anon.
—«¿Quieres mi semilla noble, verdad?» preguntó Anon mientras se acercaba a su oído y susurraba.
—«S-Sí, su majestad» —respondió ella, porque en ese momento había olvidado la moral que le enseñó Sephie.
—«Entonces toma esto, perra inútil y baja...» —dijo Anon mientras insertaba todo su pene en su coño de una vez, la punta atravesó su útero de una vez y la hizo gemir como loca.