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—Hmmm, esta leche es la que necesito —dijo Anon mientras continuaba bebiendo la leche de Kia con brutalidad y exprimía sus senos como si fuera una vaquera.
Él le mostró la autoridad de su amo sobre su cuerpo y cómo estaba completamente indefensa frente a él.
Anon le hizo recordar que una mujer débil siempre será utilizada para complacer a un hombre más fuerte y ese era él en ese momento.
—N-No, por favor déjame —habló Kia mientras trataba de remover a Anon de su cuerpo pero Anon era pesado.
Anon dejó de succionar sus enormes senos y habló.
—Extrae tu leche.
—¿Qué? De ninguna manera —respondió Kia con una expresión sorprendida.
—Eres mi esclava, puedo literalmente ordenarte que lo hagas pero te daré una elección, hazlo o insertaré mi pene en el otro agujero —habló Anon con una sonrisa muy maligna formándose en su cara.
Kia inmediatamente entendió lo que él quería decir y miró sus pezones con una expresión asustada.
—Ok, si no lo haces, solo...