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—Anon, ¿me escuchas? —La voz de Letti resonó a través de la bola de cristal, llena de urgencia y preocupación.
El ceño de Anon se frunció al escuchar sus palabras. —El contrato se ha roto, Ren ha usado otra inyección de dopaje. ¿Tienes alguna inyección extra? —La voz de Letti temblaba con una mezcla de miedo y desesperación.
Anon tomó una respiración profunda, su voz firme pero llena de determinación. —No, Letti. No tengo otra inyección de dopaje.
Un torrente de pensamientos inundaron la mente de Anon. ¿Era esta violación del contrato parte del plan de Ren desde el principio? ¿O era un movimiento desesperado ante la derrota? La expresión de Anon se endureció mientras contemplaba la gravedad de la situación.
—Anon, deberías calmarte —intentó tranquilizarlo Letti.
