—¿C-Cómo? ¿T-Tú? ¿Cómo tienes esto? —preguntó Letti, su rostro lleno de sorpresa al mirar la inyección dopante de grado especial.
—Simplemente lo tengo. Ahora di que sí —respondió Anon, con una sonrisa en sus labios al echar un vistazo a Seti y Ren.
—Está bien —respondió Seti, firmando algunos papeles y entregándoselos a Letti.
—Así que lo firmaste, ¿eh, señorita Letti? Pensé que tú y tu pequeño Anon se echarían para atrás —Seti comentó con actitud.
—Acabas de perder tres contratos de maná en blanco, y todavía tienes esa actitud. Sabes que puedo hacerte bailar desnuda en medio de este terreno, ¿verdad? —Letti provocó.
La expresión de Seti se tensó y se volvió seria, pero rápidamente se transformó en una sonrisa cuando habló.
—¿Quieres apostar otra vez, señorita Letti? —Seti preguntó con una sonrisa astuta en su rostro felino.
—¿Qué? ¿Quieres perder de nuevo? —Letti preguntó, una sonrisa adornando su rostro.