—¡No! Idiota, ¡aléjate de ese espejo! —gritó Kale, pero ya era demasiado tarde. El espejo ya se había hecho añicos.
El trabajador rápidamente se giró, dándose cuenta de que el mismo director de la academia estaba en la entrada de la sala.
—¿S-Senor Kale? ¿U-Usted? —La voz del trabajador temblaba de miedo, sus palabras entrecortadas.
—Escúchame muy atentamente. No mires hacia atrás ahora. Solo mantén tus ojos en mí y comienza a caminar hacia mí —dijo Kale con un tono autoritario.
—¿Y-Yo? —El trabajador se confundió con las palabras de Kale.
—No preguntes, solo haz lo que te dice el director —ordenó Seti.
—Está bien —dijo el trabajador mientras empezaba a caminar hacia Kale.
—Señor Bob, ¿no vas a mirarme? Estoy justo detrás de ti —una dulce voz resonó en la mente de Bob.
Bob de repente entró en trance, sus ojos quedaron en blanco por un segundo.
—No escuches nada de lo que ella dice. No es un humano real. Oye, ¿me estás escuchando?