[La habilidad
Una pantalla translúcida se materializó frente a Anon.
—Mierda, tenemos que encontrar una isla o algo para detenernos —exclamó Anon, escaneando los alrededores en busca de algún signo de tierra o una isla.
—¿Qué? ¿Cómo propones que nos detengamos en medio del maldito mar? ¿Te has vuelto loco? —preguntó Luna, su rostro lleno de sorpresa.
—Mi habilidad entrará en enfriamiento pronto. O se te ocurre una idea útil, o ambos terminaremos ahogándonos —afirmó Anon con firmeza.
—Pero yo... no sé —respondió Luna, su expresión reflejando su confusión.
—Oh, marinero, marinero, presta oído a mi melodía. Te guiaré a un reino donde el amor otorga inmunidad. Un paraíso bajo el agua, donde sueños y deseos florecen. Oh, marinero, marinero, entrégate al mar —una voz melódica de repente envolvió todo el alcance del mar, haciendo danzar a los peces en un trance bajo el agua.