—Señoras y señores, como todos ustedes pueden ver, Anon está a punto de entrar en el Mar Nacido de la Tormenta, y no creo que planee disminuir la velocidad ni un poco —Seraphina habló, su voz llena de intriga—. Puedo decir con seguridad que no puedes saltar sobre un mar, ¿verdad? Estoy muy curiosa por ver qué hará ahora Anon.
—No está dejando a Luna en el suelo. ¿Qué está pasando por su mente? —preguntó Samantha, evidenciando su confusión.
—No puedo decirlo. Él es simplemente impredecible —Jake habló con una expresión perpleja mientras fijaba su mirada en la pantalla frente a él.
—¿Qué planeas hacer esta vez, Anon? —Frank se preguntaba, con sus pensamientos acelerados.
—¡Ambos nos ahogaremos si no me sueltas aquí! —Luna gritó, con el pánico invadiendo su voz al darse cuenta de que el mar estaba cerca y Anon no mostraba signos de desacelerar.
—Cierra los ojos, o el agua entrará en ellos —Anon advirtió a Luna.