—Sí, olvídalo entonces —Frank habló en tono burlón.
—¿Qué? —preguntó Samantha confundida.
—Solo te deseaba buena suerte en tu turno y esperaba que lo derrotaras, señora —Frank comentó casualmente.
—No necesito suerte para aplastar a un débil plebeyo como él. Soy la hija de la Casa Bruja —respondió Samantha con una confianza inquebrantable.
«Sí, sí, dalo todo, estúpida chica parlanchina. Incluso el rey tendría problemas para derribarlo ahora y tú, una chica con cara de lavaplatos, crees que puedes triunfar sobre tal monstruo. Bastante divertido tú, estúpido chico» Frank pensó, con una leve sonrisa en sus labios mientras volvía su atención a la pantalla.
«Pero, ¿qué harás ahora, Anon? Tu maná está bajando, y dudo que haya un hechizo en todo el mundo que pueda reponerlo rápidamente» Frank reflexionó mientras observaba a Anon corriendo hacia el desierto.
[Alerta crítica: Maná restante 10%, fatiga de maná iniciará.]
