—Maestro, deberíamos retirarnos —dijo Mike con una expresión muy temerosa.
—¿Por qué? —preguntó Anon.
—Ese tipo, Macro. Era la bestia más fuerte que he visto en mi vida. Era alguien a quien ni siquiera yo logré hacerle un rasguño, pero en este momento fue asesinado como una mosca... creo que esa cosa podría ser la más fuerte del mundo —Mike dijo mientras una expresión de pesar aparecía en su rostro.
—¿No quieres vengar a tu esposa e hijos? —preguntó Anon.
—Lo deseo, pero incluso si arriesgo todo lo que tengo, no creo que pueda ganarle a esa cosa —Mike dijo mientras miraba al suelo con tristeza.
—Haa... ¿qué eres? ¿Una rana dentro de un pozo? —Anon dijo mientras se reía un poco.
—¿Qué? —preguntó Mike al notar que Anon sacaba sus guadañas.
—Lo haré yo mismo. Solo espera aquí y mírame —Anon dijo mientras salía del aliado.
—Pero, maestro...
—Solo mira —Anon dijo mientras miraba a Mike y se iba.
—¿Qué está planeando hacer? —Mike se preguntó a sí mismo.