Lisa asintió a las palabras de Chad. Todavía estaba preocupada, pero no podía hacer nada en este momento ya que no tenían idea de dónde habían sido transportados.
—Tienes razón. Nuestra prioridad es mantenernos a salvo y esperar asistencia. Con suerte, no hemos sido transportados muy lejos de nuestro destino previsto... —murmuró suavemente, mientras sus ojos escaneaban el interior del castillo, escasamente iluminado.
Thud… Thud…
Mientras contemplaban sus próximos pasos, el silencio fue interrumpido por el tenue sonido de pasos acercándose.
Al instante, los instintos de Chad se activaron, y él activó su físico único, aprovechando sus habilidades innatas.
—¡Cuerpo del Rey Fantasma! —invocó Chad, su forma envuelta en un aura etérea mientras sus poderes sobrenaturales crecían dentro de él.