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Vale no pudo evitar girar su cabeza en la dirección donde sentía la presencia de otra persona.
La Alquimista Sherah no pasó por alto esta acción y levantó sus cejas.
—¿Puedes verla? —preguntó suavemente.
Vale se quedó congelado en su lugar al darse cuenta de que esta persona no era un intruso sino quizás, una estudiante de la Alquimista Sherah además de Maya.
Sin embargo, parece que Maya no está consciente de la presencia de la otra persona ya que parecía confundida durante su conversación.
Vale pensó por un momento mientras decidía ser cauteloso.
—Bueno, mis sentidos se agudizaron después de beber esa poción. Solo noté algún movimiento hace un rato, pero no estoy seguro si fue solo el viento o si me lo estaba imaginando —respondió Vale.
Sherah no pareció dudar de sus palabras, ya que la poción en efecto tenía ese tipo de efecto secundario.
Solo que no esperaba que fuera tan fuerte como para detectar a su discípula más refinada.
