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—Con una estatua terminada con éxito, la transición a encantar al resto transcurrió sorprendentemente bien, aunque a Wolfe le llevó la mejor parte de quince minutos completar los Hechizos que querían integrar en un objeto.
Pero el espectáculo fue tan grande, y la cantidad de maná fluyendo por la habitación fue tan inmensa, que nadie se atrevió a moverse. Wolfe había incrementado la Densidad de Maná tanto como pudo alrededor de él y de las estatuas, pero el flujo todavía era tan intenso que para los demonios más débiles en el Palacio, les hacía cosquillas la piel al ser atraído para activar las estatuas una tras otra.
—Bueno, afortunadamente eso es todo lo que había para la mañana —suspiró Wolfe cuando la sexta estatua fue completada.
—Sí, deberíamos tomar un descanso y terminar después del almuerzo y una siesta —la Reina Jasmine estuvo de acuerdo.
—¿Terminar? Solo hay seis de ustedes aquí —Wolfe le recordó.