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Poco a poco, todos fueron sanados y preparados para el viaje en barco, mientras Wolfe eliminaba el veneno de las últimas Brujas después de obtener su juramento de no traicionar ni dañar al pueblo. Todos habían perdido completamente sus auras y se habían desertado avergonzados al enterarse de que iban a ser reducidos a tropas de choque, ya que ya no eran útiles para sus unidades.
El Ejército Unido Mundial no tenía cura para el Gas Nervioso, y resultó que los Grandes Ducados tampoco. Tenían un tratamiento que reduciría algunos de los efectos secundarios, pero una vez que eran gaseados, nadie tenía forma de que recuperaran completamente su aura. Si la perdían por completo, bien podrían ser humanos, ya que no tenían idea de que alguien como Wolfe existía y que podría hacerlas brujas de nuevo.
