—Wolfe sacó otra copia de la lista y circuló el nombre y la ubicación en el orden. No separaría a una familia si podía evitarlo.
—Solo búscame la mejor tripulación que puedas. Las Brujas son las mejores, pero tomaré lo que me puedas conseguir por un precio razonable. Tengo poco más de cien mil coronas —explicó Wolfe.
—El hombre silbó al mencionar el efectivo. —¿Cómo consiguieron darte tanto? El efectivo de los Grandes Ducados no es precisamente común en el extremo lejano del continente.
—Wolfe le sonrió. —Maté a un montón de hombres y lo tomé. Si hubiera sabido que hoy había una subasta, podría haber traído más conmigo. Tenemos pilas de eso en casa, solo sentados en el almacén ya que no lo usamos para el comercio.
—Una vez que el primer lote de criminales menores se vendió por poco menos de cien coronas cada uno, subieron al escenario a la primera Bruja. Tenía un bozal y las manos en mitones, lo que hizo que Wolfe sonriera ante su recién adquirido ayudante.