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Siguiendo el consejo de Christa y el mapa que habían obtenido de la Directora, el grupo se dirigió hacia el sur a través de los bosques y comenzó a hacer su camino hacia la costa.
Sería un largo viaje desde donde estaban, de más de doscientos kilómetros, pero debería haber pequeñas aldeas a lo largo del camino, y el cambio de ánimo en ellas les daría una idea si estaban en la dirección correcta o no.
Una vez que llegaran a aldeas que se opusieran a que Christa viajara con Ella y Wolfe, aparentemente humanos, sabrían que habían encontrado a sus objetivos y que era hora de empezar a buscar a los prisioneros.
La esperanza de Wolfe era que todavía estuvieran aquí y no hubieran sido trasladados a los Grandes Ducados. Eso arruinaría totalmente sus planes y los dejaría sin nadie a quien rescatar y con muchos soldados enojados en las cercanías.
